sábado, 31 de diciembre de 2011

IMPULSOS


Dicen que para terminar un buen año hay que desear otro tan bueno al menos como el anterior. Hace ya alguno que deje de pensar que todo lo que dicen es lo que de verdad importa, la vida no es aquello que te propones cada treinta y uno de diciembre a las doce de la noche. Todo eso, no sirve para nada, propósitos que te empeñas en desear para pronto olvidarlos.



Me he cansado ya, eso no va conmigo. 
Desde hoy, dejare de preocuparme por conseguir la felicidad eterna.. Desde hoy, me centrare en luchar por no perder la felicidad de cada momento.
Por este motivo, esta noche, cuando el reloj de la última campanada, cerraré los ojos y sonreiré. Sonreiré por mi, solo por mi, porque por primera vez voy a estar dispuesto a dedicarme un año a mi mismo, a guiarme por mis propios impulsos sin pensar en ningún momento en toda esa gente que se que estará ahí deseado verme caer.


Para todos los demás;
Feliz año nuevo!